¡Hola!
Ya inmersos en la temática de las lenguas, gracias a las dos entradas
anteriores, podemos sumergirnos en nuevos debates en torno a este punto. Como
ya se ha comentado, vivimos en una sociedad en la que se valora altamente el
dominio de varias lenguas. El plurilingüismo, frente al multilingüismo, es la nueva moda del
siglo XXI, ya que no solo hace referencia al aprendizaje de lenguas, ni al
simple uso de éstas, sino que el plurilingüismo intenta reflejar de alguna manera el diverso
contexto en el que vivimos, cada vez más heterogéneo lingüística como
culturalmente.
Debido a esto, el dominio de varias lenguas, además de abastecerte de
numerosas experiencias personales de diversa índole, como conocer nuevas culturas o trabar nuevas amistades, puede abrirte un mayor abanico en la esfera profesional, donde ya es
obligatorio prácticamente en todos los ámbitos, el dominio de una lengua
extranjera. Pero, llegados a este punto, ¿dónde y cómo conseguimos el dominio
de una lengua en la que no somos nativos? ¿Cuál es el mejor camino para
aprender un idioma? El eterno debate: ¿profesor graduado o nativo?, ¿profesor particular o academia?
Lo cierto es que no hay una respuesta definitiva a
todas estas preguntas, que afirme que haya una solución que sea la mejor, por eso
sigue existiendo el debate. En consecuencia, es mejor no entrar en pánico al
tratar de elegir una de estar opciones y recordar que…
Si analizamos cada una de las posibilidades podemos encontrar la que mejor
se ajuste a nuestras necesidades, ya que cada una de ellas es mejor para una
cosa u otra. En mi opinión en los primeros años de aprendizaje, es mejor un
profesor graduado, que pueda explicarte el por qué y te ayude a entrar en
contacto con la materia, para luego, cuando ya tengas cierto dominio en la
materia, seguir con un nativo que te ayude a mejorar todo lo visto y a
perfeccionar aspectos como, por ejemplo, la pronunciación. En cuanto a clases
en grupo o clases individuales, creo que al principio es mejor tener clases
individuales, para aprender lo básico y más tarde, pasar a tener clases en
grupo, donde ya puedas tener conversaciones y tengas que hacer un mayor
esfuerzo para comprender y comunicarte.
Existen numerosos métodos de aprendizaje para lenguas extranjeras, desde
los más tradicionales como el método gramática-traducción, a lo más famosos, como el del CCC de las 1000 palabras, pasando por los más típicos de los consejos:
hacer un curso en el extranjero, trabajar de aupair…
En mi opinión, lo ideal es encontrar el que más nos motive (el método y
también una razón por la que queremos aprender), para recordarlo si alguna vez
queremos dejarlo en mitad del camino. Y a partir de ahí, buscar una posibilidad
que nos ayude a trabajar todas las competencias marcadas alrededor de las
lenguas, tales como: la competencia en comunicación lingüística, que, como
explica Pérez Esteve en su monográfico La comprensión
lectora y la competencia en comunicación lingüística en el nuevo marco
curricular: algunas claves para su desarrollo:
“Es la competencia que nos
permite organizar nuestro pensamiento, aprender, entablar relaciones… Ser
competentes en comunicación lingüística significa poseer los recursos
necesarios para participar, mediante el lenguaje, en las diferentes esferas de
la vida social. Y, para ello, hay que aprender a utilizar la lengua o, lo que
es lo mismo, ser capaces de interactuar mediante el lenguaje en una diversidad
de contextos para satisfacer necesidades personales, profesionales y sociales”
(43).
Algunos de los ejercicios que
nos ayudan a desarrollar la competencia en comunicación lingüística son:
escuchar, hablar, conversar, leer y escribir, y para esto es necesario
trabajar, memorizar y esforzarse, por eso, en mi opinión, lo más importante es,
como ya he comentado, tener una motivación
que nos empuje hacia el aprendizaje.
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